Todas las ciudades tienen restaurantes
que son emblemáticos, lugares que se han trabajado con esfuerzo el
reconocimiento de sus paisanos y de los que vienen de fuera. La marca de
popularidad o de calidad en la cocina y buen servicio o su personal estética o
de todas ellas a la vez, queda unida de manera indivisible con la población que
los acoge.
Si hace una década alguien
hubiera preguntado a un cordobés por los restaurantes emblemáticos de su ciudad,
casi sin ninguna duda hubiera acabado mencionando dos nombres y por este orden:
El Caballo Rojo y El Churrasco. Hoy en día ambos nombres seguirán en boca de
muchos, pero la renovación se impone y desde la aparición del Choco de Kisko
García y de otros nombres propios de la nueva restauración cordobesa, el
abanico se ha abierto algo más. Aún así, nos atrevemos a decir que estos
últimos necesitan recorrer aún un largo camino para que el cordobés de a pie se
identifique plenamente con ellos y alcancen la categoría de emblemáticos.
Pero volvamos a los dos
referentes antes mencionados y más concretamente al segundo de ellos, El
Churrasco, por el cual hemos pasado recientemente. Por cierto, que segundo en
emblemático pero en la actualidad, en nuestra opinión, por delante como
restaurante en casi todos los aspectos.
Haciendo un poco de historia,
decir que El Churrasco inició su andadura el 22 de mayo de 1970 de la mano de
Rafael Carrillo Maestre y su esposa María Concepción Rodríguez Mesa, primero
como taberna para acabar convirtiéndose en restaurante en 1974 tras una primera
ampliación. Desde ese momento no paro de crecer en todos los sentidos incorporando
nuevos espacios de casas colindantes, mejorando notablemente su cocina y
servicio, y finalmente acrecentando una merecida fama. Así paso de taberna
tradicional donde muchos cordobeses se salían fuera para tomarse su “churrasco”,
a convertirse en un restaurante de mesa y mantel con mayor caché donde famosos
de todos los ámbitos, incluidos jefes de estado, admiraban sus platos y su buen
hacer en el negocio de la restauración. Se convirtió entonces en destino de
turismo gastronómico y esto para un restaurante puede comportar un importante
riesgo: que acabe viviendo de las rentas de su nombre, relajando su calidad y
servicio. Afortunadamente no es el caso del lugar que hoy nos ocupa.
El local ocupa dos plantas y su
distribución es compleja debido a que, como decíamos antes, es producto de
añadidos de diferentes casas vecinas. Como es común en algunos grandes
restaurantes de Córdoba, se estructura en dos ambientes: el de la taberna
tradicional y el restaurante puro. La taberna, origen del negocio, nada más
entrar, permite tomar, de pie en la barra o en alguna pequeña mesa, una serie
de tapas y raciones en una carta completamente independiente de la del
restaurante. Por otro lado, el restaurante se distribuye en una serie de
estancias independientes: un salón principal al que se añaden hasta 10 salas
más de tamaño algo menor y dos patios. Todo el conjunto tiene un aire clásico,
con paredes encaladas o en colores claros, pero también con ladrillo visto
antiguo o azulejos, suelos de losa, marcos de ventanas en madera y techos
artesonados de donde cuelgan vistosas lámparas. A modo de palacete, cada sala
tiene un estilo diferente y en ellas encontraremos numerosas obras de arte
recopiladas a lo largo de los años.
La cocina es de corte clásico en
preparación y presentaciones. Aunque si hay algo que distingue a este
restaurante son sus carnes a la brasa del carbón de encina y por su puesto el
plato por excelencia del lugar: el churrasco cordobés. Se trata de un solomillo
de cerdo ibérico a la brasa al que se acompaña de dos salsas de origen árabe,
una verde y una roja algo más picante, que el comensal puede servirse a su
gusto. Pero también hay otras carnes como la ternera de Ávila, el cordero,
carnes del Valle de los Pedroches o el muy valorado buey de la raza Wagyu, de
origen japonés. No faltan los platos tradicionales cordobeses más conocidos
como el salmorejo, el rabo de toro o el pastel cordobés, pero también tenéis la
oportunidad de probar otras referencias autóctonas menos frecuentes como el pez
de espada o el rape a la cordobesa, el cocido o el atún rojo al Moriles. La
carta se completa con un amplio repertorio de entradas frías y calientes, grandes
pescados al horno y en salsa, ensaladas, revueltos y postres caseros. Si tenéis
oportunidad, degustad la “Tosta de Sardina Ahumada con Guacamole” que fue
ganadora del I Concurso de la Tapa de Córdoba en la categoría de “Tapa tradicional”.
Churrasco Cordobés al Carbón de Encina de El Churrasco
Para más detalle os dejamos la carta
del restaurante que presenta actualmente El Churrasco:
Entradas
Tostas de Anchoas del Cantábrico en Salazón (por unidades)
Gazpacho Blanco de Piñones con Manzana y Pasas
Gazpacho Rojo de Tomate
Salmorejo Cordobés con Jamón Ibérico y Huevo Duro
Setas a la Plancha con Ajo y Perejil
Cocido Cordobés con su Pringá (sólo los miércoles)
Habitas del Tiempo con Jamón y Huevo Frito Roto
Riñones de Cordero Lechal a la Plancha
Queso Puro de Oveja
Foie de Pato con Crema Balsámica de Módena
Jamón Ibérico de Bellota
Ensaladas
Ensalada de Lechuga y Tomate
Ensalada Mixta
Cogollos de Lechuga Con Ajitos Fritos y Anchoas
Ensalada de la Casa
Huevos
Patatas a lo Pobre
Revuelto de la Casa (Gambas, Setas y Calabacín)
Revuelto de Bacalao con Culís de Tomate
Revuelto de Boletus Edulis con Trufa y Shitake
Sopas y Caldos
Pescados
Salmón a la Plancha
Pez de Espada a la Cordobesa
Almejas a la Marinera
Dorada al Horno con Ajitos Fritos
Tartar de Atún Rojo con Huevas de Trucha
Rape a la Cordobesa
Bacalao a Nuestro Estilo
Lubina al Horno con Ajitos Fritos
Ración de Rodaballo al Horno con Gambas y Almejas
Merluza al Horno
Cocochas de merluza al Pil-Pil
Angulas de Aguinaga (cazuela u 8 canapés)
Carnes
Rabos de Toro
Churrasco Cordobés al Carbón de Encina
Magret de Pato en Salsa de Dátiles
Presa de Paletilla Ibérica al Carbón de Encina
Chuleta de Ternera de Ávila al Carbón de Encina
Chuleta de Ternera de Ávila Frita con Ajos
Chuletitas de Cordero Lechal
Pierna de Cordero Lechal al Horno
Lomo de Buey al Carbón de Encina
Paletilla de Cordero Lechal al Horno
Solomillo de Cebón con Foie de Pato
Chuleta de Buey al Carbón de Encina
Parrillada Mixta (mínimo 2 personas)
Chuletón del Valle de los Pedroches (para 2 personas)
Buey Wagyu
Delicia de Buey Wagyu (unidad)
Steak Tartar de Buey de Kobe
Lomo de Buey de Kobe
Sugerencias del Día
Tosta de Sardina Ahumada con Guacamole
Croquetas de la Pringá del Cocido
Milhoja de Foie con Manzana y Queso de Cabra
Alcachofas al Aceite de Oliva Virgen
Gamba Extra
Mero a la Sidra con Manzana
Lomo de Lubina Salvaje a la Andaluza
Suprema de Lubina Salvaje a la Espalda
Dorada a la Sal
Atún Rojo al Moriles
Lubina a la Sal
Trancha de Rodaballo Salvaje
Merluza al Horno con Cocochas
Carrillada de Cerdo Ibérico
Jamoncito de Lechón al Horno
Paletilla de Lechazo al Horno
Hamburguesa de Buey Wagyu con Salmorejo
Filetitos de Solomillo de Buey al Whisky
Solomillo de Buey a la Pimienta Rosa
Postres
Helado de Menta con Chocolate
Sorbete de Limón al Cava
Leche Frita con Helado de Canela
Brownie de Chocolate con Salsa de Baileys y Helado
Tarta de Queso con Sorbete de Frambuesa
Crocanti De Avellana Cordobesa con Chocolate
Sorbete de Mandarina
Tocino de Cielo
Tocino de Cielo Merengado
Arlequín de Frutas Naturales con Sorbete de Limón
Crustillante de Gin Tonic Helado con Sorbete de Limón
Helado Variado
Mouse de Chocolate
Pastel Cordobés
En nuestra visita al restaurante
- cena para dos personas - nos decantamos por la Milhoja de Foie con Manzana y
Queso de Cabra para compartir, un Churrasco Cordobés, un bacalao de la casa, o
como se indica en la carta “a Nuestro Estilo”, y un Arlequín de Frutas con
Sorbete de Limón también compartido en el postre. Lo acompañamos de copas de
cerveza, una copa de Rioja y un café cortado.
Bacalao a Nuestro Estilo de El Churrasco
Milhoja de Foie con Manzana y Queso de Cabra de El Churrasco
El “churrasco” es siempre una
elección segura, pero en este caso nos toca destacar la milhoja, un entrada
quizás demasiado contundente si los segundos también lo son, y el bacalao de la
casa acompañado de pimientos, que resulta muy jugoso y pleno de sabor. Para
terminar la elección muy adecuada, ya que necesitábamos un postre refrescante y
el Arlequín resultó excelente. La cantidad en las raciones es perfecta y os
aseguramos que en nuestro caso salimos más que satisfechos. La cuenta ascendió
– incluyendo el servicio de pan y regañás –
a 70,10 euros y la relación calidad-precio es equilibrada. La media por
persona estará siempre entre los 35 y 40 euros, subiendo algo más si pedimos
algún vino.
Arlequín de Frutas Naturales con Sorbete de Limón de El Churrasco
Por cierto, que no hemos hablado
precisamente del vino y creemos que su oferta en tintos es reseñable. En la
carta actual imperan sin duda los Riojas, especialmente en los reservas y
grandes reservas. Mayor variedad en cuanto a procedencias en los crianzas donde
destaca algún foráneo argentino y regiones nacionales como Riberas del Duero,
Penedés, Manchuela, Madrid, Toro e incluso algún tinto cordobés de autor como
es Marenas. No olvidemos tampoco que, anejo al restaurante, esta la bodega,
espacio independiente donde conserva tanto sus reservas como algunas botas
donde se crían finos cordobeses.
El servicio de sala, veterano,
con experiencia y amabilidad, que por cierto puede atender sin problema al
visitante extranjero. Y mantelería, vajilla y cubiertos clásicos, completan la
puesta en escena de este restaurante cordobés que mantiene su categoría pese a los
años. Nos alegramos de poder seguir diciendo que es un "emblema en forma".
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